¿Porqué controles visuales preventivos?

El desarrollo del niño depende en gran parte de su sistema visual, la visión experimenta cambios desde el nacimiento y por eso es tan importante realizar una valoración optométrica y oftalmológica a partir de los 3 años y posteriormente, controles anuales rutinarios.

Hacer una revisión en los primeros años de vida de su hijo son claves para detectar y solucionar problemas visuales, principalmente los relacionados con cualquier defecto de refracción que su hijo pueda tener.

Aun en la actualidad, con la cantidad de información de la que disponemos, nos encontramos con niños que empiezan la época escolar a los que nunca se les ha realizado una revisión visual completa (oftalmológica y optométrica).

Es muy importante saber qué visión tiene el niño a los 3 -4 años porque ¡¡¡¡¡Cuidado!!!!! nos podemos encontrar que un niño ve bien con un ojo y con el otro no y, si no le hacemos una revisión visual, no lo detectaremos y estaremos frente a un OJO VAGO. Si se detecta en los primeros años del desarrollo se le puede ayudar corrigiendo con gafas y/o realizando una Terapia visual. Cuanto más tarde se detecte más difícil será solucionarlo debido a que va disminuyendo la plasticidad del sistema visual.

Si la prueba que realizamos al niño para comprobar si ve bien es que lea los carteles de lejos, puede ocurrir que los vea perfectos, pero estamos evaluando lo que ve de lejos, no lo que ve de cerca.

La hipermetropía es un defecto de cerca y en muchos casos un niño con una buena capacidad para enfocar en cerca hará que este defecto pase inadvertido y, por tanto, no lo detectemos a tiempo.

Si el niño no ve de lejos, nos daremos cuenta porque no ve bien la pizarra, no ve bien la TV (si la tenemos lejos), guiña los ojos al mirar a lo lejos. Estaremos frente a una miopía y, casi seguro, el niño necesitará unas gafas para corregir el defecto óptico.  Pero cuidado porque no todas las miopías son iguales y por eso insistimos en realizar las revisiones optométricas periódicas.

Entre los 5-6 años se inicia el proceso de la lecto-escritura. En esta etapa es necesario asegurarnos de que el niño ve bien, AGUDEZA VISUAL, y de que todas sus HABILIDADES VISUALES se hayan desarrollado de forma correcta. ¿Por qué? Porque una buena visión y un funcionamiento correcto del sistema visual es lo que permitirá al niño estar preparado para ese gran paso que es LEER Y ESCRIBIR.

 

MAS DEL 80% DE LO QUE EL NIÑO APRENDE ES A TRAVES DE SUS OJOS. Los ojos son las “herramientas” del cerebro para interpretar lo que ve.

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